El alcohol, en cantidades ligeras a moderadas, se ha asociado durante mucho tiempo con una mejor salud del corazón. Sin embargo, también se sabe que su consumo aumenta los riesgos de cáncer, envejecimiento neurológico, entre otros. Un nuevo estudio realizado por investigadores del Hospital General de Massachusetts ofrece una explicación para esta aparente contradicción (Existe una contradicción cuando dos afirmaciones, ideas o acciones son mutuamente excluyentes).
Imagen de ilustración Pixabay
Estos científicos analizaron datos de más de 50.000 personas del Mass General Brigham Biobank. Confirmaron que el consumo de alcohol de leve a moderado se asoció con una reducción significativa en el riesgo de enfermedad cardiovascular. Este hallazgo no podría atribuirse al estatus socioeconómico, nivel de actividad (El término actividad puede referirse a una profesión.) o genética (Genética (del griego genno γεννώ = dar a luz) es…) individuos. Por lo tanto, otra causa estaba en juego.
Al estudiar los escáneres cerebrales de los participantes, el equipo de investigación descubrió que el alcohol podría aliviar el estrés cerebral de manera sostenible (el cerebro es el órgano principal del sistema nervioso central en los animales. El cerebro procesa…), por lo tanto, estresante para el corazón, incluso varios días. después del último consumo de alcohol.
La red de estrés del cerebro funciona como un tira y afloja. Por un lado, encontramos la amígdala, que controla (La palabra control puede tener varios significados. Puede usarse como sinónimo de examen, para…) las emociones, y por otro, la biología del córtex, el córtex ( Palabra latina que significa corteza) se refiere a la capa superficial o prefrontal, responsable de las funciones ejecutivas. Se sabe que el alcohol atenúa el efecto de alarma de la amígdala, según el Dr. Ahmed Tawakol, codirector del Centro de Investigación de Imágenes (Imágenes es principalmente la creación y el comercio de imágenes físicas que…) Cardiovascular del Hospital General de Massachusetts.
Al estudiar los escáneres cerebrales de más de 1000 participantes, el equipo encontró que los bebedores leves a moderados mostraban una atenuación constante en la actividad de la amígdala. Esta atenuación se asoció con una reducción del 22% en la enfermedad cardiovascular.
Los investigadores observaron que en los bebedores leves a moderados con antecedentes de ansiedad, este efecto se duplicó, con una reducción del 40 % en las enfermedades cardíacas.
Sin embargo, existen alternativas al alcohol para reducir el estrés, como el ejercicio o el sueño suficiente, que actúan de manera similar en el cerebro. Actualmente, el Dr. Tawakol está investigando medios farmacológicos para reducir de forma segura la actividad de la amígdala.