Un equipo del Instituto de Investigación Clínica de Montreal (IRCM), dirigido por el Dr. Javier Di Noia, Director de la Unidad de Investigación de Biología Molecular de Células B en el IRCM y Profesor Titular de Investigación en la Universidad de Montreal (La Universidad de Montreal es una de las cuatro instituciones docentes…), ha descubierto recientemente un mecanismo que subyace a la generación de respuestas inmunitarias eficaces, un avance que tiene un gran potencial de aplicación en terapias contra el linfoma (un linfoma es un cáncer linfático, es decir, un cáncer del sistema linfático con.. .).
Los hallazgos del equipo de investigación, publicados en Journal of Experimental Medicine, muestran que una enzima llamada PRMT1 juega un papel clave en el desencadenamiento de respuestas de anticuerpos de alta calidad, un aspecto crucial en la prevención (La prevención es una actitud y/o el conjunto de medidas a tomar). tomadas para evitar…) enfermedades infecciosas.
Linfocitos B, conocidos como células B, los guardianes del cuerpo.
Las células B o linfocitos B son una parte esencial del sistema inmunológico. Como agentes protectores, su función es producir anticuerpos responsables de combatir los patógenos y cualquier otra forma de amenaza que ingrese al cuerpo.
Para desarrollar su capacidad de reconocer y eliminar eficazmente estas amenazas, las células B trabajan para mejorar la calidad de sus anticuerpos. Este es un tipo de período formativo durante el cual el linfocito B se prepara para producir mejores anticuerpos antes de que pueda combatir la infección de manera efectiva. Para hacer esto, las células B deben diferenciarse en células especializadas llamadas células plasmáticas, el escuadrón de defensa del cuerpo que produce grandes cantidades de anticuerpos, o en células de memoria, un ejército de reserva listo para la acción más adelante.
El ejemplo de la vacunación.
El proceso básico de las respuestas inmunitarias de anticuerpos se conoce desde hace años en el campo médico. De hecho, es la base de la vacunación, que ha permitido vencer muchas enfermedades infecciosas mortales como el sarampión (El sarampión (también llamada 1ª enfermedad) es una infección vírica eruptiva…), la rubéola (Rubéola (o 3ª enfermedad) es una enfermedad viral epidémica, de incubación vecina…) y la viruela, entre otras. La vacunación permite que el cuerpo entre en contacto con un germen inofensivo. Las células B se ponen así en contacto con el germen y tienen la posibilidad de producir los correspondientes anticuerpos de alta calidad. Luego se convierten en células plasmáticas que secretan anticuerpos protectores o linfocitos B de memoria (en general, la memoria es el almacenamiento de información. También es memoria…). En los individuos vacunados, las células B de memoria son un discreto pero eficaz ejército de centinelas que circulan en la sangre para detectar precozmente cualquier futura exposición al mismo patógeno (El término patógeno (del griego παθογ?νεια!… ) y que previene la infección de desarrollar
Sin embargo, quedan dudas sobre los mecanismos subyacentes que regulan la formación de células plasmáticas y células de memoria eficientes. En particular, es fundamental aquel mediante el cual los linfocitos B mejoran la calidad de los anticuerpos o se diferencian en plasma o células de memoria. La diferenciación temprana daría como resultado anticuerpos de baja calidad, mientras que la diferenciación demasiado tardía podría provocar una infección fatal. La cuestión del destino de las células B también es importante para los cánceres de células B, llamados linfomas, porque luego crecen de manera descontrolada evitando la diferenciación.
«Nos interesan estas preguntas porque un conocimiento más profundo de tales mecanismos moleculares es fundamental para orientar la investigación hacia opciones terapéuticas más precisas y efectivas», explica el Dr. Di Noia, quien también es profesor asistente en la Universidad McGill (McGill University, ubicada en Montreal, Quebec, es uno de…).
Un estudio que arroja nueva luz
El estudio del Dr. Di Noia mostró que una enzima llamada PRMT1 podría dar respuesta a algunas de estas preguntas.
Primero, PRMT1 juega un papel importante en la calidad de la respuesta inmune. Cuando esta enzima está ausente o débil, la diferenciación ocurre demasiado rápido, lo que no permite que el proceso sea óptimo. Esto se debe a que las células B que se diferencian demasiado pronto producen plasma y células de memoria de mala calidad, que a su vez producirán anticuerpos menos efectivos y memoria ineficaz, lo que compromete el éxito de la respuesta inmunitaria.
Por lo tanto, el PRMT1 actúa como un guardián del proceso de toma de decisiones. Regula el ritmo adecuado definiendo el momento ideal para la diferenciación de los linfocitos B, lo que les da tiempo para mejorar sus anticuerpos. Esto aumenta la eficacia de los anticuerpos en el torrente sanguíneo (Bloodstream es un tipo de sistema circulatorio de circuito cerrado que garantiza…), permite la activación de respuestas de memoria de alta calidad y da como resultado una respuesta inmunitaria más fuerte y eficaz.
«Este conocimiento nos ayuda a comprender mejor las condiciones para una vacunación eficaz y lo que sucede cuando no funciona bien», dice el Dr. Di Noia.
En segundo lugar, la enzima PRMT1 también actúa en el crecimiento de células B cancerosas que causan linfomas. El linfoma se desarrolla cuando el sistema funciona mal, lo que hace que las células B proliferen indefinidamente, lo que impide que se diferencien o mueran. El equipo del IRCM descubrió que PRMT1 se expresa en gran medida en ciertas muestras biológicas humanas de linfomas y que la alta expresión de la enzima en los linfomas de células B se asocia con un mal pronóstico.
Específicamente, el equipo demostró que un exceso de la enzima PRMT1 estimula la proliferación de células B cancerosas, lo que contribuye a la progresión de la enfermedad. Este exceso también impide la diferenciación, que sin embargo tiene un efecto supresor sobre los tumores.
Perspectivas alentadoras
Este importante trabajo sugiere que la manipulación de la enzima PRMT1 podría ser prometedora para optimizar la respuesta inmunitaria y abrir la puerta a nuevas soluciones para combatir el linfoma. El descubrimiento del papel crítico de PRMT1 en la respuesta inmune también plantea otras posibilidades, en particular que las mutaciones de la enzima podrían ser la causa de ciertas inmunodeficiencias.
“Este papel central de PRMT1 en las células inmunitarias abre una nueva y prometedora vía de investigación, ya que fomenta más investigaciones sobre esta enzima y otras proteínas de la misma familia”, menciona el Dr. Di Noia. Nuestro estudio también contribuye a justificar el desarrollo de PRMT1. inhibidores para la lucha contra el cáncer».