En 2013, la ciudad de Chelyabinsk en Rusia fue golpeada por un asteroide del tamaño de una casa. Este incidente ha reavivado los temores sobre los pequeños asteroides que, a pesar de su tamaño, pueden causar daños importantes. Nahum Melamed, líder de proyecto (Un proyecto es un compromiso irreversible de resultado incierto e irrepetible a…) en la Corporación Aeroespacial, entonces tuvo una idea: ¿por qué no usar el regolito del asteroide (Un asteroide es un objeto celeste cuyas dimensiones varían en algunas decenas…) a sí mismo para desviar su trayectoria (La trayectoria es la línea descrita por cualquier punto de un objeto en movimiento, y…) alejándose de la Tierra (La Tierra es el tercer planeta del Sistema Solar en orden de distancia…)?
Una ilustración de la centrífuga propuesta para recolectar regolito de la superficie de un asteroide y enviarlo al espacio.
Ilustración: Nahum Melamed
Esta idea se materializó en el diseño de un sistema de desviación de asteroides. Una vez aterrizado en el asteroide, el sistema, que funciona como una centrífuga, recoge pequeñas cantidades de regolito (menos de 10 kg cada vez) y las expulsa al espacio. Esta acción hace que el asteroide retroceda ligeramente, cambiando así gradualmente su trayectoria. Repitiendo este proceso durante semanas o incluso meses, el asteroide podría desviarse lo suficiente como para no estrellarse contra la Tierra.
La centrífuga es un sistema bastante simple operado eléctricamente y podría, en teoría (La palabra teoría proviene de la palabra griega theorein, que significa «contemplar, observar,…), operar indefinidamente. Según la Corporación Aeroespacial, los asteroides pequeños (30 a 60 metros) podrían desviarse en unas pocas semanas, mientras que los asteroides más grandes podrían tardar varios meses.
Implementar este concepto sería más fácil que para otros conceptos, como la misión DART de la NASA, que consistía en impactar directamente en un asteroide para modificar su trayectoria. El método de desviación de asteroides, según explica Seth Jacobson, profesor asistente de ciencias planetarias en la Universidad Estatal de Michigan, consiste en transformar el regolito del propio asteroide en una masa propulsora. Una idea que le parece «muy creativa».
La Corporación Aeroespacial planea probar su sistema de defensa planetaria dentro de dos años con una prueba en la Tierra, construyendo un pequeño prototipo que pueda probarse en el laboratorio. Si todo va bien, la compañía planea probar su sistema en la Luna (La Luna es el único satélite natural de la Tierra y el quinto satélite más grande del…), lanzando piezas de regolito desde la superficie lunar (Para los homónimos, véase Pierrot lunaire, una obra de música vocal de Arnold Schönberg.).
Actualmente, la NASA está monitoreando 28,000 asteroides cercanos a la Tierra y ninguno de ellos representa una amenaza para la Tierra en los próximos 100 años. Mientras tanto, la Corporación Aeroespacial planea utilizar su sistema centrífugo con fines comerciales, como extraer recursos útiles de los asteroides.