Diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer mediante biomarcadores sanguíneos

Un equipo de investigación internacional dirigido por UNIGE y HUG ha demostrado que los biomarcadores sanguíneos amiloide y tau concuerdan muy bien con los biomarcadores correspondientes utilizados hasta ahora para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. Además, los biomarcadores sanguíneos han mostrado una alta precisión diagnóstica al discriminar el estado normal o no normal de los biomarcadores amiloide y tau.

Los biomarcadores sanguíneos tienen la ventaja de ser detectables en base a un simple análisis de sangre en un consultorio médico, en el hospital (Un hospital es un lugar destinado a atender a personas con…) o en un laboratorio.
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Marcablemente menos invasivos y costosos que los biomarcadores tradicionales, los biomarcadores sanguíneos podrían simplificar enormemente el proceso de diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer al reducir los costos y reducir el número hasta en un 49% (La noción de número en lingüística se trata en el artículo «Número…) de exámenes necesarios. Podrían mejorar el cribado precoz (el Screening, en medicina, consiste en buscar una o varias enfermedades o…) y el seguimiento del desarrollo de la enfermedad en los pacientes. Un estudio para leer en Journal of Neurology Neurosurgery and Psychiatry.

Hoy en día, la enfermedad de Alzheimer se diagnostica utilizando biomarcadores que requieren técnicas costosas, como la tomografía por emisión de positrones (PET) y tau-PET, técnicas invasivas, como punciones lumbares para recolectar líquido cefalorraquídeo -raquídeo y p-tau, o imprecisas, como la medición de la atrofia cerebral por resonancia magnética.

Los biomarcadores sanguíneos tienen la ventaja de ser detectables a partir de un simple análisis de sangre en un consultorio médico, hospital o laboratorio y de poder acoplarse a la búsqueda de otros marcadores que forman parte de los controles de salud (Salud es un estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no es…) común a cada persona. Actualmente, solo se utilizan en investigación. El uso clínico aún no es posible hasta que no se hayan establecido los detalles técnicos, como los umbrales de normalidad/anormalidad y el establecimiento de estándares a aplicar por los distintos laboratorios. Pero podría llegar a ser tan rápido, lo que tendría la ventaja de involucrar a los médicos asistentes desde la primera etapa del diagnóstico (Diagnóstico (del griego δι?γνωση, diágnosi, de…) y asegurar la cobertura (La carga útil representa lo que es en realidad…) por el seguro de salud.

Como el profesor Giovanni Frisoni, responsable del estudio, director del Centro de Memoria HUG y Profesor Titular del Departamento de Rehabilitación (En terapia ocupacional, la rehabilitación es el proceso encaminado a reducir…) y geriatría (La geriatría es la medicina para las personas mayores . Gerontología…) de la Facultad de Medicina (Medicina (del latín medicus, «que cura») es la ciencia y…) de la UNIGE: «el uso de biomarcadores sanguíneos en el médico (Un médico es un profesional con título de doctor…) médico general, por ejemplo, reduciría considerablemente el número de exámenes diagnósticos, generaría ahorros sustanciales y permitiría expandirlo a una población más amplia».

Técnica de dosificación más fina

El estudio que aquí se presenta sigue a la puesta en marcha de la nueva máquina de alta precisión adquirida en junio de 2022 por el Centro de Memoria HUG. Al permitir detectar la concentración anormal de proteínas específicas de la enfermedad de Alzheimer gracias a una técnica de ensayo de inmunofluorescencia que es más sensible que las técnicas de ensayo estándar, este dispositivo también tiene como objetivo identificar con mayor precisión a las personas que presentan un alto riesgo de desarrollar la enfermedad.

El estudio se basa en 200 pacientes del Centro de Memoria HUG sin deterioro cognitivo (82), con deterioro cognitivo leve (99) o con demencia (19). Para todos y cada uno de ellos, el equipo de investigación contaba con biomarcadores plasmáticos y al menos un biomarcador tradicional recolectado en 12 meses (Le mois (Del lat. mensis “mes”, y anteriormente en plur. “menstruación”) es un período de tiempo …).

Ventajas y desventajas de las diferentes técnicas.

Las técnicas de neuroimagen permiten la medición directa y visual de los biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer y proporcionan información valiosa sobre su topografía, pero su información se limita a biomarcadores individuales (amiloide, tau o neurodegeneración). Son más caros y pueden implicar pequeñas cantidades de radiación.

El análisis del líquido cefalorraquídeo por punción lumbar es menos costoso y más accesible. Proporciona información sobre todos los biomarcadores de la enfermedad a la vez, entre otros, pero no proporciona información sobre la topografía de los marcadores y, en ocasiones, es mal aceptado por los pacientes debido a su carácter invasivo.

El plasma (sangre) tiene las mismas ventajas que la técnica anterior, pero su gran accesibilidad haría posible el cribado a gran escala de la enfermedad de Alzheimer. Esto permitiría identificar mejor a las personas a las que se les debe realizar una neuroimagen o una punción lumbar y seguir la evolución de la enfermedad gracias a muestras periódicas. Estas ventajas llevan a los investigadores a definir los detalles técnicos mencionados anteriormente para permitir su uso clínico.

Evolución diagnóstica muy rápida

Los primeros criterios diagnósticos de la enfermedad de Alzheimer, publicados en 1984, consideraban que el diagnóstico definitivo de la enfermedad sólo era posible post mortem, sobre la base de la evidencia histopatológica. Desde entonces, una mejor comprensión de la fisiopatología de la enfermedad y los avances tecnológicos han favorecido el desarrollo de nuevas técnicas para la evaluación de biomarcadores que pueden detectar signos de la enfermedad y mejorar la calidad de vida (La calidad de vida de una población es un factor importante). cuestión de economía y…) de los pacientes. Así, se han ido introduciendo paulatinamente en la práctica clínica y su uso sigue creciendo, en línea con los últimos criterios diagnósticos que reconocen su trascendencia fisiopatológica fundamental.

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