A menudo burlado, el automóvil sin licencia era frecuentemente sinónimo de pérdida de la licencia de conducir o de no aprobar su examen. Los vientos están cambiando y el microcoche se venga: ¡no más escondites! Posicionándose con orgullo en un mercado en auge, el micro-city car ha adquirido nuevos colores, en particular gracias al Citroën AMI, y, contra todo pronóstico, ha ganado una nueva audiencia.
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En un nicho de mercado pero en plena expansión, el fabricante francés de coches sin carnet Ligier presentó su primer vehículo eléctrico con el que pretende conquistar nuevos públicos, empezando por los jóvenes que puedan permitírselo.
No más cajas de jabón sin forma con un motor rústico chisporroteando ruidosamente. Los famosos «carritos», asociados durante mucho tiempo a los conductores que han perdido el permiso de conducir por exceso de velocidad o alcohol, están viendo cambiar su imagen. “Teníamos una clientela que, históricamente, no quería ser estigmatizada como sin licencia. Así que hicimos vehículos que fueran muy anodinos en su presentación, que pudieran pasar desapercibidos en el flujo del tráfico”, explica François Ligier, CEO del fabricante homónimo.
Ahora los clientes, casi la mitad de los cuales son adolescentes, exigen estilo. Es este público al que Ligier quiere llegar con el Myli, su primer modelo eléctrico. Colores vivos, diseño que intenta imitar a los SUV, tabletas táctiles y aire acondicionado: el equipamiento es más numeroso. El fabricante también apuesta por una autonomía récord: 192 kilómetros en su versión más cara.
De Marsella a Niza a… Neuilly
Inevitablemente, el precio se ve afectado, oscilando entre los 12.500 y los 17.100 euros, según el acabado. Tarifas que no obstaculicen a una clientela muchas veces adinerada y deseosa de ofrecer a sus hijos menores un vehículo más seguro que el patinete tradicional. En pocos años, el coche sin carnet se ha convertido en un fenómeno en determinadas regiones. “Este público adolescente, lo encontraremos cerca de las ciudades, muy significativamente en la cuenca mediterránea desde Marsella hasta Niza”, explica François Ligier.
La región de París no se libra de la tendencia, “por ejemplo Neuilly, áreas bastante CSP+”, según el Sr. Ligier, donde también allí la juventud dorada apuesta por el coche sin carnet. En la prensa local, los artículos mencionan los alrededores de las escuelas secundarias saturadas por estos vehículos en el Golfo de Saint-Tropez. Recientemente, el vídeo de un Citroën AMI tomando curvas a toda velocidad -estos coches están limitados a 45 km/h- en Mónaco antes de acabar en un segundo plano recorrió las redes sociales.
Según François Ligier, el mercado ha estado creciendo alrededor de un 10% anual durante los últimos 10 años. La creación de la licencia AM en 2013, que redujo la edad mínima para conducir cuatriciclos ligeros de 16 a 14 años, dio un impulso al mercado.
¿Una evolución impulsada por las futuras ZFI?
Así como “la llegada de nuevos competidores” en particular Citroën con el AMI (eléctrico), estrella del género, reconoce el jefe de Ligier. “Cuando Citroën entró en el mercado hace tres años, comunicó de forma masiva como nunca pudimos haberlo hecho nosotros, al tener acceso a los medios y a la publicidad de una forma mucho más amplia”, lo que benefició a toda la industria, admite el consejero delegado
Si el AMI se vendió a 8.200 ejemplares en 2022 (+23% en un año), Ligier dice haber vendido 16.500 vehículos el año pasado. Para el Myli, que se lanzará en mayo, el objetivo es 2.000 ventas en 2023. La mitad de la producción se destina a la exportación, en particular a Italia, donde el automóvil sin licencia está en boga desde hace muchos años.
Frente a la línea de montaje de su fábrica en Boufféré (Vendée), de la que salen 40 coches al día, François Ligier reclama con orgullo la etiqueta Made in France para sus vehículos, que son necesariamente más caros que un AMI producido en Marruecos.
Dentro de cinco años, a Ligier le gustaría duplicar su tamaño -192 millones de euros de facturación en 2022- apostando también por los vehículos profesionales, en particular los pequeños utilitarios eléctricos. “La llegada de las ZFE (zonas de bajas emisiones) está revolucionando la movilidad en el centro de la ciudad para mercancías y, por lo tanto, serán necesarios nuevos dispositivos de movilidad para apoyar esta transformación”, quiere creer François Ligier.