El impacto del cromosoma Y en la corta vida de los hombres

Muchas especies muestran diferencias en la esperanza de vida entre machos y hembras. Un modelo popular para explicar esta observación es que los cromosomas sexuales contribuyen al envejecimiento a través de un efecto «tóxico» de la Y. Esta hipótesis ampliamente difundida sugiere que la presencia del cromosoma (El cromosoma (del griego khroma, color y soma, cuerpo , elemento) es el elemento…) Y repercute en la longevidad (La longevidad de un ser vivo es el tiempo de vida para el que está…) de los hombres.

Imagen de ilustración Pixabay

Por ejemplo, en leones, elefantes asiáticos o orcas, las hembras XX viven más que los machos XY. En la especie humana (En las ciencias de la vida, la especie (del latín especie, “tipo”), los individuos XX viven en promedio (La media es una medida estadística que caracteriza los elementos de un conjunto de…) un 7% más que Individuos XY En comparación con una población control (La palabra control puede tener varios significados. Puede usarse como sinónimo de examen, de…), los individuos con un cariotipo XXY (síndrome de Klinefelter) tienen una reducción de 2 años en la longevidad, y aquellos con un cariotipo XYY tienen una reducción aún mayor.Estos datos (En tecnología de la información (TI), un dato es una descripción básica, a menudo…) por lo tanto, sugieren un efecto negativo de Y en la longevidad en humanos.

Curiosamente, algunas clases de animales muestran un efecto opuesto. En algunas aves y reptiles, los machos tienen cromosomas ZZ mientras que las hembras son ZW, siendo el W equivalente al cromosoma Y. En estas especies, los machos ZZ sobreviven a las hembras, su longevidad puede ser mucho mayor. Esta observación (Observación es la acción de vigilar atentamente los fenómenos, sin quererlos…) se extiende también a otro reino de la vida: las plantas dioicas con cromosomas sexuales, en las que los individuos XY tienen toda la vida (Vida es el nombre dado: ) reducido. Estos estudios correlativos sugieren que el cromosoma Y puede ser el responsable de las diferencias de longevidad entre sexos. Sin embargo, esta hipótesis nunca ha sido probada experimentalmente.

En Drosophila melanogaster, como en las otras especies mencionadas anteriormente, las hembras XX viven un 10% más que los machos XY. Para cuestionar directamente esta teoría (La palabra teoría proviene de la palabra griega theorein, que significa «contemplar, observar,…) de la «Y tóxica» los científicos han generado tejidos y líneas de Drosophila (Drosophila (del griego drosos: rocío y philos: que ama) es un insecto…) en el que manipularon directamente el tamaño y el número (La noción de número en lingüística se trata en el artículo «Número…) de los cromosomas Y al utilizar un innovador método usando CRISPR-Cas9.

Se han producido cromosomas Y de diferentes tamaños utilizando CRISPR-Cas9 en Drosophila. La presencia o tamaño del cromosoma Y no conduce a una disminución de la longevidad en los machos, ni afecta a los dimorfismos sexuales en tamaño e incidencia de desarrollo de cánceres intestinales.
© Julien Marcetteau y Bruno Hudry

Usando este enfoque genético, encontraron que alterar el número o el tamaño del cromosoma Y no tenía impacto en la longevidad masculina. Este descubrimiento refuta la hipótesis de que el cromosoma Y tiene un efecto tóxico y acorta la vida de los machos. Usando las mismas manipulaciones genéticas, los científicos muestran que el cromosoma Y no es más importante para otras diferencias sexuales fisiológicas clave, como las diferencias sexuales en el comportamiento de las células madre somáticas adultas y los cánceres intestinales.

Las implicaciones de estos hallazgos son de gran alcance porque se observan diferencias sexuales en la longevidad en la mayoría de los animales, incluidos los humanos. En general, estos resultados rechazan la hipótesis del «Y tóxico» que postula que el cromosoma Y conduce a una vida útil reducida en individuos XY.

Referencia

La toxicidad del cromosoma Y no contribuye a las diferencias específicas de sexo en la longevidad.
Delanoue R, Clot C, Leray C, Pihl T, Hudry B.
Nat Ecol Evol. 12 de junio de 2023. DOI: 10.1038/s41559-023-02089-7. PMID: 37308701.

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