¿Qué pasa si una máquina descubre nuevas leyes de la naturaleza que aún desconocemos? No porque esta máquina sea más inteligente que nosotros. Sino porque podía investigar los datos mucho más rápido que nosotros.
Tenemos algoritmos que pueden sumergirse en montañas de datos personales (los datos personales son información que identifica directamente o…) para asociar personalidades con anuncios extremadamente bien dirigidos. ¿Por qué no algoritmos que se sumerjan en montañas de datos (en tecnología de la información (TI), los datos son una descripción elemental, a menudo…) en el cosmos para dibujar tendencias ocultas?
La gran dificultad, resume el New Scientist, es que en física teórica (La física teórica es la rama de la física que estudia el aspecto teórico de las leyes…), una «tendencia oculta» se llama ecuación (En matemáticas, una ecuación es una igualdad que vincula diferentes cantidades, generalmente…), y que no es fácil enseñar este «lenguaje» a una inteligencia artificial (La inteligencia artificial o computación cognitiva es la «búsqueda de medios…»). Ciertamente, en el siglo XVI (Un siglo es ahora un período de cien años. La palabra proviene del latín saeculum, i, que…), Johannes Kepler (Johannes Kepler (o Keppler), nacido el 27 de diciembre de 1571 en Weil der Stadt dans…) pudo escribir sus propias ecuaciones matemáticas sobre los movimientos de los planetas, porque se había sumergido en los numerosos datos de las observaciones astronómicas de su época. Pero hoy, el campo (Un campo corresponde a una noción de espacio definido:) de análisis y la cantidad (La cantidad es un término genérico de metrología (cuenta, cantidad); un escalar,…) de datos son infinitamente mayores, y seguir creciendo con cada nueva observación (Observación es la acción de seguimiento atento de los fenómenos, sin voluntad de…) de los telescopios espaciales James-Webb o Gaia. Cuantas más variables hay, más se multiplica el número posible de ecuaciones: ni siquiera una inteligencia artificial sabría por dónde empezar.
Una de las pistas es ir pieza por pieza: hace unos años, un equipo de la Universidad (Una universidad es un establecimiento de educación superior cuyo objetivo es el…) Princeton «alimentó» el algoritmo con los movimientos de las lunas alrededor (Autour es el nombre que la nomenclatura aviar en lengua francesa (actualización) da…) de Júpiter y Saturno, y mientras que «descubre» las leyes de la gravitación (La gravitación es el fenómeno de interacción física que provoca atracción… ). Desde entonces, otros investigadores han intentado pasar (El género Passer fue creado por el zoólogo francés Mathurin Jacques…) al siguiente nivel: sus algoritmos han conseguido deducir la masa (El término masa se utiliza para designar dos cantidades unidas a a…) agujeros negros a partir de datos sobre ondas gravitacionales (Una onda es la propagación de una perturbación que produce una variación reversible en su trayectoria…), por ejemplo. ¿Podría ser un objetivo aún mayor la materia oscura (en astrofísica, materia oscura (o materia oscura), traducción del inglés…), que impregna el cosmos pero que no podemos ver ni detectar? Si resultara que su distribución está ligada a sistemas que son observables, tendríamos una clave (literalmente, la clave o clave (ambas grafías son correctas) es un dispositivo removible…) para una ecuación matemática (Matematics is a campo de conocimiento abstracto construido a partir de…) que una inteligencia artificial podría deducir, incluso si estamos hablando de un fenómeno a escala cósmica.
Pero incluso si llegamos allí, seguirá habiendo un problema, que New Scientist resume: todos estos éxitos de los últimos años son «ecuaciones empíricas. En otras palabras, son descriptivas y adecuadas para reproducir datos experimentales», pero no para «ofrecer una explicación teórica». Exactamente como había sucedido (El pasado es ante todo un concepto ligado al tiempo: está hecho del todo…) hace cuatro siglos: Kepler había descubierto las leyes del movimiento planetario (Un planetario designa un conjunto mecánico móvil, calcular el sistema solar…), lo que significa que podría describir «cómo funciona (Andar (el pleonasmo caminar también se usa a menudo) es un…)»; pero habría que esperar a que Newton entendiera el «por qué», es decir una ley de la gravedad (La gravitación es una de las cuatro interacciones fundamentales de la física.) que unía a todos estos cuerpos celestes.
¿Llegará una inteligencia artificial algún día (El día o el día es el intervalo que separa el amanecer del ocaso; es el…) hasta entonces? Imposible de decir, pero a los físicos teóricos les gustaría que se les ofreciera esta mano amiga (La mano es el órgano efector prensil ubicado en…).
Para ir más lejos:
Thomas Lewton, «¿Descubrirá alguna vez la inteligencia artificial nuevas leyes de la física?», New Scientist, 21 de noviembre.
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