Cómo aprender más sobre las limitaciones del sistema económico de trueque jugando al pinball. Esto es lo que ofrece Dual Coïncidence, una instalación artística muy compleja interpretada por cinco.
Es una obra de arte jugable que explica el funcionamiento de la economía de trueque. La instalación Dual Coincidence fue diseñada por el artista neoyorquino Andy Cavatorta. Este conjunto artístico fue construido para el Museo Banco de México en México, es decir el museo del Banco Central del país. El dispositivo consiste en un conjunto de cinco máquinas de pinball colocadas en forma de estrella. Y cinco es precisamente el número de jugadores que se necesitan para jugar a este pinball gigante, ya que las distintas máquinas se comunican entre sí. En el centro hay un cubo. Esto es lo que el artista llama la “matriz de intercambio”. Consiste en seis carruseles giratorios que mueven una bola de pinball de un campo de juego a otro. Pero este set no es solo un juego de pinball para cinco personas. El artista también transmite un mensaje.
La idea principal de Dual Coincidence es ilustrar a través de este juego, el principio de «la doble coincidencia de necesidades». Un concepto económico específico del sistema de trueque. Establece que dos partes solo pueden comerciar si cada una desea lo que la otra puede ofrecer. Una restricción que la moneda precisamente elimina. En este juego, los cinco participantes representan, por tanto, a los miembros de una pequeña comunidad que practica el trueque. Uno fabrica zapatos, otro cultiva maíz, otro jugador conduce un camión de transporte, etc. Cada flipper les permite acumular canicas que representan los bienes o servicios que producen. Pero, para continuar su juego, deben intercambiar regularmente sus bienes por los de otros jugadores.
Este video muestra cómo funciona un juego de Doble Coincidencia. Más allá de la maquinaria de las máquinas de pinball, los jugadores pueden experimentar el concepto económico de la doble coincidencia de necesidades propias del trueque. © Andy Cavatorta
Un juego de pinball extremadamente complejo
Su campo de juego les advierte que deben hacer este intercambio para poder seguir jugando. Si se acepta, el intercambio se realiza a través del hub central. Pero no es tan simple, porque otros jugadores pueden no tener las mismas necesidades al mismo tiempo. Por ejemplo, si estás cultivando maíz, en algún momento necesitarás zapatos nuevos. Cuando la máquina lo pide, hay que cambiar parte del maíz por un par de zapatos. Pero esta necesidad recíproca no llega necesariamente al mismo tiempo al fabricante de calzado. Es por ello que mientras juegan al pinball, los participantes tienen que chatear para negociar lo que necesitan y que el otro jugador deje de producir para hacer el trueque.
En cuanto a la instalación en sí, que visualmente solo parece un conjunto de máquinas de pinball, es un sistema extremadamente complejo. Debajo del capó, hay 17 computadoras que ejecutan 12,000 líneas de código, seis servomotores, 10 sensores, 12 codificadores rotatorios, 35 sensores inductivos, 75 interruptores, 115 actuadores y cientos de diodos para iluminación. El montaje de las piezas de este arsenal no se hizo por trueque, sino precisamente con mucho dinero, ya que todo costó alrededor de 300.000 dólares.