Está confirmado, Twitter ha tenido una muy mala experiencia financiera con la llegada de Elon Musk. La compañía reportó una caída en los ingresos y ganancias de alrededor del 40% en el mes de diciembre de 2022 en comparación con el año anterior. Esta caída podría tener consecuencias en la devolución del préstamo de Elon Musk, contratado durante la privatización de la red social.
Elon Musk sigue confiado
El pasado mes de enero, The Information ya había anunciado una importante caída de los ingresos de Twitter. Sin embargo, el director general había reducido rápidamente los costes cuando llegó el pasado mes de octubre: despidos de la mitad de los empleados, interrupción del pago del alquiler de muchos locales de la empresa, subastas de 631 objetos de la sede central… Esfuerzos definitivamente vanos
En un correo electrónico enviado a los inversores, consultado por el Wall Street Journal, Twitter anunció una caída del 40% en su facturación y beneficios en diciembre de 2022. Un resultado decepcionante explicado por la pérdida de muchos anunciantes como Pfizer, United Airlines o General Motors, cuando Elon Musk tomó el control. Un problema de consecuencias muy importantes ya que en 2021, cuando la empresa aún era una empresa pública, declaró que los anuncios representaban el 90% de sus ingresos.
En la misma categoría
TikTok limita el tiempo de pantalla a 60 minutos al día para adolescentes
Este exilio de las marcas no solo está ligado a la llegada del multimillonario. Los anunciantes han visto cómo se reducen sus presupuestos de marketing con una situación económica sombría. Sin embargo, Elon Musk no está libre de reproches. Su visión exacerbada, incluso desequilibrada, de la libertad de expresión ha asustado a muchas empresas.
Hoy, Elon Musk sigue confiando en el futuro de la empresa. El 15 de febrero en la Cumbre Mundial de Gobiernos, el CEO dijo en una entrevista que planeaba estabilizar las finanzas de Twitter para fines de 2023. Para lograrlo, el multimillonario cuenta con varias palancas nuevas que ha desplegado desde su llegada.
Elon Musk, en particular, lanzó nuevas opciones de publicidad para atraer a los anunciantes a la plataforma. También había ofrecido promociones e inserciones publicitarias gratuitas durante el muy publicitado Super Bowl. También cuenta con el desarrollo de su suscripción a Twitter Blue.
Lanzada en noviembre, luego suspendida por polémica y finalmente relanzada en diciembre, esta suscripción otorga varias ventajas a los internautas: certificación, mitad de publicidad, modificación de tuits, publicación de videos más largos. Un panel de opciones lejos de ser suficiente para convencer a un usuario estándar de pagar 115 euros al año, el equivalente a las ofertas de Netflix y Spotify. Según The Information, a principios de febrero, 300.000 personas se habían suscrito a la suscripción, o el 0,2% de los usuarios activos mensuales.
Los resultados están lejos de ser suficientes para estabilizar financieramente a Twitter y ayudar a Elon Musk a pagar su préstamo de 12.500 millones de dólares que contrajo durante la adquisición de la empresa. A finales de enero, la empresa realizó su primer pago al grupo de siete bancos con los que el multimillonario se endeudó por la opa, entre ellos Barclays, Bank of America y Morgan Stanley. Cada año, Twitter tiene que pagar intereses anuales de alrededor de 1500 millones de dólares en cuotas trimestrales. Una carga financiera adicional para una red social que ya luchaba por generar ganancias significativas.