Un marsupial gigante diferente a todo lo que existe hoy

Un enigmático marsupial gigante una vez vagó por las vastas tierras de Australia. Recientes excavaciones han levantado el velo sobre esta imponente criatura y su forma de vida.

Una representación de cómo podría haber sido la nueva especie Ambulator keanei.
Crédito de la imagen: van Zoelen et al. 2023/Universidad de Flinders

La especie recién descrita, Ambulator keanei, tenía un cuerpo similar al de un oso o un rinoceronte. Sus representantes pesaban alrededor de 250 kilogramos (El kilogramo (símbolo kg) es la unidad de masa del Sistema Internacional de Unidades (SI)) y medían alrededor de un metro de altura hasta el hombro. ALLÁ. keanei es un miembro de la familia Diprotodontidae, que alguna vez incluyó marsupiales gigantes vagamente relacionados con los wombats. La especie más grande de este grupo, Diprotodon optatum, alcanzaba el tamaño de un automóvil grande y pesaba hasta 2,7 toneladas.

En 2017, los científicos descubrieron un esqueleto parcial de A. keanei en un acantilado (Un acantilado es una escarpa rocosa creada por la erosión a lo largo de una costa. Puede ser…) erosionándose en la Reserva Natural de Kalamurina, Australia (Australia (oficialmente Commonwealth of Australia) es un país de…) de la Sur. Estos huesos datan de hace unos 3,5 millones de años, durante la época del Plioceno (El Plioceno es la segunda época del período Neógeno. Es…) (de 5,3 millones a 2,6 millones d ‘años).

En un nuevo estudio, los investigadores realizaron escaneos computarizados en 3D de los huesos para crear un modelo del animal. Este patrón sugiere que el marsupial caminaba de manera diferente a los animales de tamaño similar que viven hoy, lo que podría haberlo ayudado a sobrevivir en un ecosistema cambiante.

Una réplica del esqueleto de un D. optatum expuesto en el Museo Nacional de Historia Natural (El proceso de observación y descripción sistemática de la naturaleza comienza a partir de…) en París.
Crédito de la imagen: Wikimedia/Ghedoghedo

Según Jacob van Zoelen, investigador principal y estudiante de doctorado (Un estudiante de doctorado es un investigador principiante comprometido, bajo la supervisión de un director de…) en la Universidad (Una universidad es una institución de educación superior cuyo objetivo es el… .) Flinders en Australia, el A. keanei caminaba de manera plantígrada, es decir, sus talones tocaban el suelo, como los humanos. Esto permitió a A. keanei d’économiser de l’énergie (Dans le sens commun l’énergie désigne tout ce qui permet d’effectuer un travail, fabriquer de la…) en répartissant uniformément son poids lors de la marche, bien que cela rendait la course más difícil.

Este paso eficiente habría permitido a esta nueva especie viajar distancias muy largas, una ventaja considerable en un momento en que las áreas boscosas y cubiertas de hierba de Australia se estaban convirtiendo en desiertos cálidos y áridos. Esta transformación obligó a los herbívoros como A. keanei para viajar más entre las fuentes de alimentos y agua.

La clave de esta marcha de A. keanei reside en una articulación de su muñeca (La muñeca es una región del miembro superior situada entre la mano y el antebrazo,…) que le dio una «mano de tacón». Esta articulación significa que «los dedos se volvieron esencialmente inútiles y probablemente no tocaban el suelo al caminar», dice van Zoelen.

Un par de huellas fosilizadas dejadas por D. optatum. Nótese la ausencia de huellas dactilares en las huellas.
Crédito de la imagen: AB Camens/Universidad de Flinders

Esto podría explicar un misterio de larga data: los científicos han encontrado huellas fosilizadas de D. optatum, el marsupial más grande de todos los tiempos, pero estas huellas no tienen rastro (TRACES (TRAde Control and Expert System) es una red veterinaria sanitaria de… ) de los dedos. Este descubrimiento sugiere que estos dedos nunca tocaron el suelo.

El descubrimiento de a. keanei también podría ayudar a explicar cómo D. opatum creció tanto. La distribución uniforme del peso del nuevo marsupial también puede haber estado presente en D. opatum y puede haber sido un factor clave en el gran tamaño de este último.

Este descubrimiento es importante porque hasta ahora, la mayor parte del conocimiento de Diprotodontidae proviene de mandíbulas y dientes fósiles, dejando importantes lagunas en nuestro conocimiento de esta familia. «No hay nada realmente comparable hoy en día», dice van Zoelen. Pero descubrimientos como este ayudarán a mejorar nuestra comprensión de estas bestias extintas, agrega.

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